¿Qué hacer cuando mi hijo desobedece o tiene rabietas?

Una de las principales quejas de los padres cuando acuden a consulta es la desobediencia de sus hijos, además de las conductas disruptivas. Sin embargo, es normal que los niños presenten comportamientos inadaptados en determinados momentos, pero esto no supone un problema grave, siempre y cuando no se conviertan en conductas que se manifiesten a menudo, las cuales sí que pueden acarrear al niño dificultades en la adaptación al entorno y en su desarrollo psicológico.

Además de la intervención en consulta con el niño, es necesario explicar a los padres el porqué de esos comportamientos para que puedan comprenderlos. Además, hay que proporcionarles pautas a seguir para el manejo de estas conductas.

Un aspecto fundamental es dar una atención positiva a sus hijos, esto es, recompensar y valorar mucho las conductas que hace bien, pero además, algunas indicaciones que debemos tener presentes son:

  • Proporcionar instrucciones claras y sencillas, estas deben ser compartidas entre los miembros a cargo de la educación de los niños para que no haya discrepancias a la hora de aplicarlas y esto pueda confundirlos. Estas normas deben ser realistas y coherentes. Además, debemos asegurarnos de que los pequeños las comprenden.

 

  • Inculcar el respeto a los demás y a las normas establecidas, ¿cómo explicamos esto si son conceptos difíciles de explicar? Con el ejemplo. Hay que hacer y no decir lo que hay que hacer. Debemos ser modelos.

 

  • No ser repetitivos, podemos decir las cosas dos o tres veces pero si sigue sin obedecer, guiar a que lo haga.

 

  • Las instrucciones mejor en positivo que en negativo. Por ejemplo: si recogieses tu cuarto estaría encantada.

 

  • No dar más de una instrucción a la vez.

 

  • No dar la instrucción a modo de pregunta.

 

  • Hacer que los pequeños establezcan sus pequeños compromisos y valorar positivamente que ha hecho aquello que dijo: por ejemplo: ¡Estupendo! Dijiste que me ayudarías a preparar la merienda, te comprometiste conmigo y lo has hecho.

 

  • Dejar clara la norma de: “Primero la obligación y luego la devoción”. Por ejemplo: Primero debemos terminar las tareas y después puedes jugar un rato.

 

  • Hay que tener presente que en situaciones difíciles, como rabietas, no pueden “ganar” ellos, sino que hay que aguantar y evitar que se salga con la suya aunque sea guiándoles.

 

  • Después de un comportamiento inadecuado debe haber consecuencias, no hablamos de castigos, pero sí de pérdida de objetos queridos o de actividades que le gusten.