Los miedos en la infancia

El miedo es la sensación de angustia provocada por la presencia de un peligro real o imaginario.

Los niños tienen épocas en las que sufren algún tipo de miedo (a la oscuridad, monstruos…) Estos miedos aunque en un principio resulten desagradables y nos preocupen, tienen una función importante en su desarrollo. El miedo es una respuesta adaptativa ya que nos avisa y aparta de ciertos peligros (no acercarse a animales peligrosos…).Los miedos son normales, conforme vaya creciendo y madurando el niño irán desapareciendo por si solos. SI esto no ocurre y en lugar de reducirse se incrementa con el tiempo, podría convertirse en una fobia o ser patológicos  y sería cuando recibiría el tratamiento más adecuado.

Cuando los miedos no son adaptativos y se convierten en patológicos, la terapia más extendida y que mas resultados da con los niños, dentro de la psicología es la terapia de juego, imágenes emotivas, práctica reforzada y modelado simbólico, entre otros..

¿Por qué tenemos miedo?

Como hemos dicho el miedo es adaptativo, forma parte de todas las culturas, y es necesario para la supervivencia.

Generalmente nuestros hijos adquieren distintos miedos por aprendizaje. En algunas ocasiones, los padres que generalmente son miedosos inculcan en los hijos esas emociones desde pequeños, y estos relacionan por aprendizaje e interiorizan ciertos miedos. También los pueden adquirir a través de películas, literatura infantil etc., Ejemplo” Si no te duermes  vendrá el coco y te llevará”, o simplemente observando el comportamiento temeroso de otros niños.

Otras de las variables que influyen en la adquisición de distintos miedos es la experiencia que viva el niño. Por ejemplo, si jugando con la bicicleta se cae y se hace mucho daño, tendrá miedo a cogerla la próxima vez.

En esta tabla podemos ver un resumen de los miedos más comunes durante la infancia.

Algunas recomendaciones:

– Evitar  visionar películas, cuentos o actividades que contengan escenas de violencia o miedo. Si se visionan estas películas, o cuentos, siempre tendrá que ser en compañía del adulto.

– No ridiculizar, ni menospreciar el miedo que siente nuestro hijo. Acompañarlo, escucharlo y comprenderlo.

– No forzar al niño a enfrentarse de golpe a las situaciones temidas. Este será un proceso que se realice poco a poco. Si se realiza de golpe puede ser contraproducente  y generarle más ansiedad y miedo.

– Ante el niño nos tenemos que mostrar, tranquilos y confiados. No olvidemos que el niño adquiere miedo por aprendizaje y si nos ve nerviosos o intranquilos ante la situación temida, afianzará su miedo.