El estrés: ¿Qué es y cómo lo afrontamos?

 

Hoy en día es muy común que la que la gente hable del estrés. Se escucha hablar en la televisión, periódicos, debates, conferencias… es un fenómeno que afecta a gran cantidad de personas, pues está presente en nuestro día a día.

¿QUÉ ES EL ESTRÉS Y POR QUÉ SE PRODUCE?

El estrés  es un fenómeno complejo ya que implica diversos procesos psicológicos. Las personas podemos evaluar de forma distintas un mismo suceso, incluso una misma persona puede evaluar de forma distinta el mismo suceso que en una época resulta como amenazador o estresante de forma distinta en otro momento de su vida. Esta valoración la hacemos en función de nuestras características personales (personalidad, aprendizajes previos, niveles de afrontamiento, apoyo social…), si el suceso lo calificamos como estresante o amenazante, se desencadenan en nosotros numerosas respuestas ya sean fisiológicas (sudor, palpitaciones, nerviosismo, sudor, picores…), como psicológicas (algo malo va a pasar, todo me ocurre siempre a mi, esto va a ser malo…).

Los sucesos que normalmente desencadenan el estrés pueden ser muy diversos. Desde sucesos que implican un cambio en la actividad normal de la persona, sucesos trágicos e inusuales (víctimas del terrorismo víctimas de violencia personas con enfermedades terminales las migraciones los desastres naturales… ), hasta el más habitual, el estrés diario (atascos de tráfico, discusión con el jefe o compañero de trabajo, perder algo, falta de dinero…).

El estrés es por tanto una respuesta natural de nuestro cuerpo ante situaciones que requieren cambios en nuestra vida diaria o retos, incluso puede llegar a ser positivo en ocasiones con un estilo de afrontamiento eficaz. Sin embargo, cuando el estrés se prolonga en el tiempo y afecta  a nuestra salud, relaciones interpersonales, o rendimiento puede provocar en nosotros un deterioro y un desajuste emocional importante.

¿Cómo afrontamos el estrés?

El afrontamiento del estrés va a depender de las características personales, del entorno, y de la salud del individuo. Son diferentes los tipos de afrontamiento ante situaciones de estrés, según se enfoque la estrategia de afrontamiento al problema o a la emoción:

  • Confrontación, se trata de realizar acciones directas dirigidas a solucionar la situación. Por ejemplo, si tenemos diferentes puntos de vista tratar que la persona que está ocasionando el estrés cambie de idea.
  • Distanciamiento, cuando nos comportamos como si nada hubiese ocurrido, tratamos olvidar el problema.
  • Autocontrol, cuando guardamos los problemas para nosotros, y procuramos no precipitarnos en nuestras acciones.
  • Búsqueda de apoyo social, cuando se pide consejo a un amigo o se busca hablar con alguien que nos pueda ayudar y darnos perspectiva sobre nuestro problema.
  • Aceptación de la responsabilidad, cuando nos evaluamos y aceptamos que parte de responsabilidad tenemos en el problema,bien disculpándonos y reconociéndolo  si así fuera necesario.
  • Escape o evitación, cuando evitamos el contacto con la gente que nos causa el estrés o buscamos  soluciones alternativas y perjudiciales que nos evadan  de nuestra fuente de estrés (tomar alcohol,  drogas…)
  • Planificación de solución de problemas, cuando queremos cambiar para que las cosas mejoren y establecemos un plan para seguirlo.
  • Reevaluación positiva, se produce un feedback, es decir, cuando evaluamos lo que hemos aprendido aunque la situación sea molesta o amenazante para nosotros.

La estrategia de afrontamiento utilizada para solucionar o hacer frente a las situaciones que nos generan estrés, pueden determinar que el estrés se convierta en un estado crónico, ya que no se resuelve el problema de forma eficaz. En este caso lo más recomendable es planificar y evaluar la situación para resolver el problema, aceptar nuestra responsabilidad y hacer una reevaluación positiva de la situación, así como controlarnos para no tener una respuesta inapropiada y hacerlo desde la calma.